Dorángel Vargas Gómez asesino en serie
Dorángel Vargas Gómez (Caño Zancudo, estado Mérida, el 14 de mayo de 1957)"1 también llamado "El Comegente y el Hannibal Lecter de Los Andes",2 es un asesino en serie y caníbal venezolano. Vargas era un vagabundo que solía cazar a sus víctimas en el Parque 12 de Febrero, en los alrededores del río Torbes de la ciudad de Táriba, en el estado Táchira, a 750 kilómetros de Caracas. Vargas se ha convertido oficialmente en el primer asesino en serie de la historia de Venezuela, asesinando al menos a diez personas (aunque se sospecha que la cifra podría haber llegado hasta los 40).Dorangel Vargas Gómez nació en 1957 en el seno de una familia de escasos recursos que se dedicada a la agricultura, por lo que llegó sólo hasta tercer grado de primaria. Entre sus antecedentes figuran tres arrestos, antes del último, dos de ellos por delitos menores (robo de gallinas y de ganado) y el tercero, en 1995, cuando fue internado en el Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca por la muerte y posterior ingesta del cuerpo de Cruz Baltazar Moreno. El asesino logró escaparse de ese centro y llevar una vida aparentemente normal en la indigencia sin que nadie se molestara otra a vez a seguir su pista.
Se cree que cometió los crímenes entre noviembre de 1998 y enero de 1999, momento en el que las familias notificaron a la policía la desaparición de los fallecidos. Dorangel cazaba a sus víctimas con un tubo en forma de lanza, los descuartizaba, guardaba las partes que se comía para cocinarlas y enterraba los pies, las manos y las cabezas. Sus objetivos primordiales eran desprevenidos deportistas y obreros que trabajaban en la orilla del río, sin embargo no comia mujeres ni niños. Ya que no tenía nevera para guardar la carne, mataba una media de dos personas por semana.
El 12 de febrero de 1999 unos miembros de Defensa Civil encontraron los restos de dos jóvenes y alertaron a las fuerzas de seguridad sobre su hallazgo. Ahondando sobre la zona, encontraron los restos de seis cuerpos más. Una vez descartada la hipótesis de que pudiera tratarse de un área de liberación de cadáveres de alguna banda de narcotraficantes o de alguna secta satánica, se recurrió a las denuncias de personas desaparecidas. Se sospechó en seguida de Vargas, que vivía en la zona próxima en una especie de rancho y que, en inspecciones de la policía, se halló en su casa varios recipientes que contenían carne humana y vísceras preparadas para el consumo, además de tres cabezas humanas y varios pies y manos. Una vez capturado, confesó haber matado y comido al menos a 10 hombres en un periodo de dos años desde su arresto en 1999. En los atestados policiales, Vargas confesó que los hombres delgados sabían mejor que las mujeres, que ellas sabían dulces y que los sabores más agradables se conseguían en la zona del vientre.
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