CUANDO TE SIENTAS TRISTE, APENADO, ABATIDO, AMARGADO, SIN GANAS DE VIVIR

 













ORACION POR LA PERDIDA DE UN SER QUERIDO

 

Puesta de sol y lucero vespertino  ¡y una clara llamada para mí!

que no haya lamentos por la barrera  cuando yo me haga a la mar.

Dormida en su movimiento parece esa marea, demasiado llena para el fragor y la espuma,

cuando lo que sacó del abismo sin límites vuelve de nuevo al hogar.

Crepúsculo y campana de la tarde, y después, la oscuridad!

Que no haya tristeza en la despedida cuando yo me embarque;

Pues aunque desde nuestro tiempo y nuestro espacio la pleamar pueda llevarme lejos,

espero ver a mi Piloto cara a cara  cuando haya cruzado la barrera




En la salida del sol y a su puesta, los recordamos. En el viento tibio y en el frío del invierno, los recordamos. Al abrirse los brotes y en el renacer de la primavera, los recordamos. En el azul del cielo y en el calor del verano, los recordamos. En el susurro de las hojas y en la belleza del otoño, los recordamos. En el principio del año y cuando se acaba, los recordamos. Cuando estamos cansados y necesitados de fuerza, los recordamos. Cuando estamos perdidos y desalentados, los recordamos. Cuando tenemos alegrías que deseamos compartir, los recordamos. Mientras vivamos, también ellos vivirán, pues son ahora parte de nosotros, cuando los recordamos




ORACION PARA LIBRARNOS DE LA CORRUPCION


Oh Dios, Señor y Padre Santo, que creaste por amor a los hombres y mujeres a tu imagen y semejanza, Tú que predicaste la regla de oro de “hacer a los demás lo que nos gusta que nos hagan a nosotros”; Tú que sabes que la corrupción en todos los aspectos personales, familiares, empresariales, gubernamentales y culturales destruye esa imagen, y daña todos los niveles de la sociedad y tiene paralizado el progreso integral de nuestra nación; Tú que bien conoces nuestra debilidad ante la tentación de conseguir y tener todo con el mínimo o ningún esfuerzo. Tú que valoras la verdad, la sinceridad, lo bien habido y detestas las apariencias y la vanidad de los lujos.


Líbranos de la tentación de la usura y del soborno, y de tomar lo que no es nuestro y pertenece a tu pueblo que lo necesita.

Ayúdanos sin tacha y a obrar justamente y a luchar sin cansarnos por la cultura de la integridad y que jamás nos sintamos menos panameños por actuar honestamente.

Despierta en nosotros el deseo de servir y de donarnos como funcionarios, empresarios y trabajadores.

Que el nepotismo no encuentre cabida en nosotros, ni que tengamos como único valor sobre todo otro valor, la riqueza y el dinero por causa del poder y avaricia. Que queramos ser más y no sólo tener más. Ilumínanos para tener delante de nuestros ojos, el bien común del país antes que el bien particular.

Levántanos Señor, para encontrar nuestra vida en Ti y no dejes que sigamos encadenados en la terrible epidemia del juega vivo tan incrustado en nuestras entrañas y se transforme en un juega limpio que no experimente la corrupción. Danos sabiduría y discernimiento para reconocerte en todos los acontecimientos de nuestra vida y dales prosperidad y paz a los que actúen según tu voluntad y obtengamos así la transparencia que tanto necesitamos. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.











PLEGARIA ANTIGUA PARA LOS ENFERMOS



Te rogamos, Ordenador, Señor, artífice del cuerpo y creador del alma;

tú que hiciste al hombre, tú que administras, gobiernas y salvas a todo el género humano, tú que reconcilias y aplacas, por bondad tuya, senos propicio, Señor; socorre y cura a todos los enfermos, y permite que se levanten los yacentes; glorifica tu santo nombre, por medio de tu único hijo, Jesucristo;

que por él te alcancen la gloria y el poder en el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos AMEN

 

PLEGARIA PARA TODA AQUEL QUE SUFRE



Oh Dios, refugio benévolo de los  que sufren, escucha la plegaría que

te dirigen quienes padecen. Serena y reconforta a los enfermos,

a los viejos y a los moribundos.

Concede amabilidad y compasión, ciencia y paciencia a quienes les cuidan.

Inspira en ellos gestos que alivien, palabras que iluminen y amor que consuele.

A cambio, te encomendamos estas almas desalentadas, laceradas por la tentación,

atormentadas por la pasión, heridas o profanadas por la maldad de los hombres.

Pon dentro de nosotros, oh Señor, tu Espíritu de amor, de compasión y sacrificio,

para que ayudemos de manera eficaz a quienes hallemos por el camino.

Ayúdanos a responder a su invocación, pues es la tuya. Amén.



DAMOS GRACIAS

 

¡Oh Virgen Santa del Carmen!

Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario.

Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción.

Amén.



Santa María,

ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios,

Santa Virgen de las Vírgenes,

Madre de Cristo,

Madre de la Iglesia,

Madre de la divina

Gracia, Madre purísima,

Madre castísima,

Madre inviolada,

Madre inmaculada,

Madre amable,

Madre admirable,

Madre del buen consejo,

Madre del Creador,

Madre del Salvador,

Virgen prudentísima,

Virgen digna de amor,

Virgen digna de alabanza,

Virgen poderosa ,

Virgen clemente,

Virgen fiel,

Espejo de la justicia,

Sede de la paciencia,

Causa de nuestro regocijo,

Morada espiritual,

Morada llena de gloria,

Morada consagrada a Dios,

Rosa mística,

Torre de David,

Torre de marfil,

Casa de oro,

Arca de la alianza,

Puerta del cielo,

Estrella de la mañana,

Salud de los enfermos,

Refugio del pecador,

Consuelo del afligido,

Ayuda de los cristianos,

Reina de los ángeles,

Reina de los patriarcas,

Reina de los profetas,

Reina de los apóstoles,

Reina de los mártires,

Reina de los auténticos cristianos,

Reina de las vírgenes,

Reina de todos los santos,

Reina sin pecado concebida,

Reina ascendida a los cielos,

Reina del santísimo rosario,

Reina de la paz.

Damos gracias a nuestra madre, la Tierra, que nos sustenta.

Damos gracias a los ríos y arroyos, que nos ofrecen su agua.

Damos gracias a las hierbas, que curan nuestras enfermedades.

Damos gracias al maíz y a sus hermanas, judías y calabazas, que nos dan la vida.

Damos gracias a los árboles y arbustos, que nos proporcionan sus frutos.

Damos gracias al viento, que al mover el aire se lleva las enfermedades.

Damos gracias a la luna y las estrellas, que nos dan su luz cuando el sol se ha ocultado.

Damos gracias a nuestro abuelo, He'no, que ha protegido a sus nietos de brujas y reptiles, y nos ha dado su lluvia.

Damos gracias al sol, que ha mirado la tierra con ojo benefactor.

Por último, damos gracias al Gran Espíritu, que incluye toda bondad, y ordena todas las cosas para el bien de sus hijos.

 

¡Oh dulce y gloriosísima Virgen María!

He dirigido mis humildes súplicas a vuestro trono,

y he conocido por experiencia que nunca se os invoca en vano;

que vuestros ojos miran complacidos a quien en vuestra presencia se postra;

que vuestros oídos están atentos a nuestras plegarias;

que vuestras manos vierten bendiciones a torrentes sobre el mundo entero,

y en particular sobre los que llevan con confianza la Medalla Milagrosa.

¿Cómo pagaros, Madre Inmaculada, tanto favor?

De ningún modo mejor que proclamando vuestra bondad

y difundiendo por todas partes vuestra bendita Medalla,

como me propongo hacerlo desde este día en testimonio de mi agradecimiento y de mi amor.

Dadme gracia, Madre mía, para llevarlo a cabo.

 

BENDICE MI TRABAJO

 

“Te doy gracias, Señor,

porque puedo trabajar.

Bendice mis labores y las de

mis compañeros.

Danos la gracia de conocerte a través

del trabajo de todos los días.

Ayúdanos a ser servidores

incansables de los demás.

Ayúdanos a hacer de nuestro

trabajo una oración.

Ayúdanos a descubrir en el trabajo

una posibilidad de construir

un mundo mejor.

Maestro, como el único que puede

saciar nuestra sed de justicia,

concédenos la gracia de liberarnos

de toda vanidad y de ser humildes.

Te doy gracias, Señor,

porque puedo trabajar. Amén."











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