CONDENADAS A MORIR POR HEREJIA, BRUJERIA, A LA HOGUERA

Anna Schnidenwind, nacida Anna Trutt (hacia 1688 en Wyhl am Kaiserstuhl - 24 de abril de 1751 en Endingen am Kaiserstuhl) fue una de las últimas brujas de Alemania en ser ajusticiada públicamente.

Fue quemada en la hoguera el 24 de abril de 1751 en Endingen am Kaiserstuhl en Brisgovia, tras su estrangulación previa. La campesina de 63 años fue acusada de pacto con el Diablo y provocar un incendio. Se la responsabilizó del desastroso incendio de Endingen el 7 de marzo de 1751, que probablemente provocó al ahumar comida


Maria Anna Schwegelin (? - 1781 en la cárcel de Kempten) fue una sirviente alemana de Lachen, la última «bruja» condenada a la hoguera en Alemania. Está demostrado que, al contrario de lo que se creía anteriormente, la ejecución no se llevó a cabo.
Biografía
Maria Anna Schwegelin crece en un orfanato y se convierte en sirvienta. Hacia los 30, la católica Schwegelin se enamora del cochero protestante del labrador para el que trabaja. Se convierte al luteranismo cuando la prometen en matrimonio, pero tiene que abandonar la granja cuando la promesa no se cumple. Sin trabajo, vagabundea en Kempten, donde es detenida y encerrada en el Arbeitshaus, una institución en la que se encerraba a indigentes para hacerlos trabajar. Aquí comienza una etapa de cinco años marcada por duro trabajo, mala alimentación y malos tratos por la cuidadora.
Cuando la cuidadora se da cuenta de que uno de los mozos de la cárcel le da comida a Anna Schwegelin, la acusa frente a la autoridad local de «tener una alianza con el demonio». La cuidadora, que estaba oficialmente «loca», acusó a Anna Schwegelin de haber dicho durante su cautiverio frases inadecuadas, frases como «mejor con el demonio, que estar cuidada en esta casa». Con esta base, el príncipe abad la sentencia a muerte.

La sentencia fue anunciada el 4 de abril de 1775 por el príncipe abad Honorius von Schreckenstein «por alianza con el diablo demostrada». El príncipe abad poseía, gracias a un privilegio imperial, potestad tanto espiritual como terrenal (Campidona sola judicat...). La sentencia de muerte dice: «Tras una confesión de haber fornicado con el demonio. Te entregamos, Anna Schwegelin, al verdugo para ser llevada de la vida a la muerte en la hoguera por bruja».

Según la opinión generalizada que se tenía antiguamente, la sentencia se cumplió el 11 de abril de 1775. Aunque, como «merced benéfica» se la decapitó antes de entregar su cuerpo a las llamas.

Según investigaciones modernas, la sentencia no se llevó a cabo y Maria Anna Schwegelin fue perdonada. Las razones y las circunstancias que llevaron al perdón son desconocidas. Schwegelin murió en 1781 en la cárcel de la colegiata en Kempten.

En el lado sur de la Residencia de Kempten (antigua abadía benedictina) se ha levantado una fuente y una placa informativa en su honor.



Las Brujas de Samlesbury fueron tres mujeres del pueblo de Samlesbury en Lancashire —Jane Southworth, Jennet Bierley y Ellen Bierley—, acusadas por una muchacha de 14 años, Grace Sowerbutts, de practicar brujería. Su juicio en el Assize de Lancaster en Inglaterra el 19 de agosto de 1612 fue uno en una serie de procesos de brujería llevados a cabo a lo largo de dos días, los cuales se cuentan entre los más famosos en la historia de Inglaterra. Fueron inusuales en la Inglaterra de esa época en dos aspectos: Thomas Potts, funcionario de la corte, publicó los procesos en su obra El maravilloso descubrimiento de las Brujas en el condado de Lancaster; y la cantidad inusualmente alta de acusadas encontradas culpables y colgadas, diez en Lancaster y otras tantas en York. No obstante, las tres brujas de Samlesbury fueron absueltas.

Los cargos contra las mujeres incluían asesinato de niños y canibalismo. En contraste, las otras reas procesadas en el mismo assize, incluyendo a las brujas de Pendle, fueron acusadas de maleficium, es decir, de causar daño por medio de la brujería. El caso contra las tres mujeres colapsó "espectacularmente" cuando Grace Sowerbutts fue expuesta por el juez como «la herramienta perjuradora de un sacerdote católico».
Muchos historiadores, en especial Hugh Trevor-Roper, han sugerido que los juicios de brujas de los siglos XVI y XVII fueron una consecuencia de las luchas religiosas del período, tanto en la Iglesia católica como en la protestante, determinadas a eliminar lo que consideraban como herejía.[5] El juicio de las brujas de Samlesbury es, quizás, un claro ejemplo de tal tendencia; pues ha sido descrito como «una obra de propaganda anticatólica»,[6] e incluso como un proceso circense para demostrar que Lancashire, considerada en la época una región salvaje y sin ley, estaba siendo purgada no solo de brujas sino también de "complotadores papistas

La Bruja de Endor es una figura de la Biblia, concretamente del Primer Libro de Samuel. Saúl, el primer rey de Israel, fue a la guerra contra los filisteos y al verlos se llenó de temor. Consultó a Dios, pero no le respondió de ninguna manera, ya que había desobedecido el mandato de exterminar el pueblo de Amalec por parte de Dios, y Dios decidió apartarse de él por esta causa. Por ello -en su desesperación- pidió a sus siervos buscar a una mujer que tuviera el don de la adivinación, a pesar de que él mismo había expulsado a médiums y adivinos de su tierra; y encontraron a la bruja de Endor (I Samuel 28,5-25), adivina y capaz de contactar con los muertos.Saúl se disfrazó y se dirigió en la noche a ver a esta mujer, acompañado de dos hombres. Ella consiguió del rey la promesa de que no la denunciaría por adivinación, sin saber que era él mismo quien la había prohibido, y convocó a petición de Saúl el espíritu del profeta Samuel. Al ver a Samuel, la bruja supo quién era Saúl y se sintió traicionada, pero tras ser tranquilizada, continuó con el conjuro.
La necromante explicó lo que veía: un viejo sacerdote envuelto en un manto, a quien Saúl reconoció como Samuel. De él supo que Saúl, que había sido abandonado por Dios, perdería su reino a manos de David y que Israel caería en manos de los filisteos. La razón de que Dios hubiese abandonado a Saúl fue que éste no había exterminado (I Samuel 15) por completo a los amalecitas.La profecía del espíritu del profeta Samuel es en gran medida una repetición de las palabras de Samuel, cuando estaba vivo, en 1 Sam. 15. La única información nueva es que Saúl va a morir "mañana". Y sin embargo, si los eventos de los capítulos 1 Sam. 28-31 están en orden cronológico, así, Saúl murió después de tres días más, para dar tiempo a los movimientos de las tropas de David para llegar a Siclag "en el tercer día" (1 Sam. 30:1). En cuyo caso la única profecía nueva, que fue añadida por la bruja, era, en realidad, incorrecta.

Brujas de Villanúa Las brujas condenadas y ajusticiadas en esta zona generalmente eran mujeres que vivían solas y que como reflejan numerosos textos eran bien conocidas en toda la comarca por sus labores con las que se mantenían: parteras, sanadoras, santiguadoras, concertadoras de junturas de huesos, apañadoras de virgos, abortonas, alcahuetas y siempre portadoras de mala fama y sin embargo a ellas recurrían los vecinos cuando las necesitaban y aún actualmente hay mujeres que se dedican a estos menesteres en estas tierras. Se hace evidente un foco de brujas en la zona de Villanúa ya que a parte de Guirandana de Lay juzgada y ajusticiada en Jaca en 1461 por ser Villanúa Villa de realengo y de Narbona D'Arcal, de Cenarbe, por el Santo Oficio en Zaragoza en 1498, también fueron procesadas por brujería y hechicería Juana Sánchez (1575), Juana La Cura (1590) y Montserrat Mayayo (1590).
Guirandana de Lay


Cap e bordón de las hechiceras y ponzoñeras de Villanúa, se conoce de ella que vivía en Villanúa pero no su origen si bien por su apellido pudiera ser de origen bearnés, se menciona en el proceso las viñas, comunes entonces en Villanúa, como sitio donde se celebraban los sabbat o aquelarres, ya que al "cabrón" le gustaba roer las vides, el molino de harina y la tradición popular habla también de la Gruta de Las Güixas. Guirandana fue denunciada por siete hombres de Villanúa y diecisiete testificaron en el proceso corroborando sus hechicerías, a consecuencia de los interrogatorios confesó quienes formaban parte de los aquelarres: Sancha Fatás, Betrán y Andrea (cónyuges), Peregrina (mujer viuda), Graciana de Beneduges y su hija Contessa, María mujer de Pes de La Cura y la propia madre de Guirandana,Vicenta. El 12 de marzo de 1461 comienza en Jaca el procedimiento contra Guirandana acusada de pessima, homicida, fetillera, ponzonera y de horrendos crimenes inspirados por el diablo, acuden como acusadores de Villanúa: Joan Blas de Acín, Sancho Latorre, Sancho d'Acín, Estebán de Osan, Sancho Bescós, Sancho Callizo y Rodrigo Lacambra y el lugarteniente de justicia de Jaca ordena su busca y captura. El 13 de marzo de 1461 trasladado el lugarteniente a Villanúa se hizo prisionera a la bruja en nombre del Rey y ese mismo día se estructura su acusación en diez puntos:
De que en noviembre de 1460 en el molino de Villanúa había dado yerbas mortiferas y causado la muerte de Inés de once años e hija de Blas de Acín. También de la muerte de Sancha hija de Sancho Latorre en unas viñas cerca de Villanúa en septiembre de 1460, también por hierbas mortiferas. De la muerte en marzo de 1460 de Bertrana mujer de Rodrigo Lacambra y por la que sentía animadversion por no haberle prestado un kafiz de trigo, a la que echó unos polvos mientras estaba tejiendo.
Muerte en enero de 1461 de Gracica nieta de Sancho Acín, uno de los acusadores y a la que dio veneno cuando pasaba por la puerta de la casa de Guirindana. De María, hija de Esteban d'Osan en enero de 1461, de Sancha Ximénez mujer de Sancho Bescós en mayo de 1458, de Blasquico Callizo hijo de Sancho Callizo en septiembre de 1457 Y además acusada por diecisiete vecinos de mala, perversa, ponzoñera y mujer de mala fama en Villanúa y ahí donde había noticia de ella.
El fiscal solicitó la condena, que fuese quemada y que pagara las costas procesales, solicitandose el embargo de sus bienes para ello. El 13 y el 14 de marzo de 1461 Guirandana fue interrogada por el lugarteniente de Jaca, ella negó todas las acusaciones y dijo que prometió por Dios proteger a las enfermas y en especial a tres de las que se la acusaba de matar, denunció en su interrogatorio a aquellas que la acompañaban en sus aquelarres y de que las pociones las hacían en casa de Graciana "La Gaya" y de Pelegrina y que el inductor de todas sus malas acciones era el diablo. El 24 de marzo se la vuelve a interrogar y ésta encomendó su alma a Dios y a la Virgen María. El fiscal ofreció tasación de cuentas que ascendieron a 83 sueldos, 4 dineros y 15 florines. Guirandana pereció quemada en la ciudad de Jaca.

Narbona de Cenarbe Narbona Dacal o D'Arcal, vecina de Cenarbe era una de estas curanderas y conocedora de las hierbas y sus remedios. Casada con Juan de Portañya, fue abandonada por él y por lo tanto vivía sola y debía mantenerse por sus medios. En febrero de 1498 fue acusada por vecinos de Villanúa y Cenarbe, "todos de gran virtud", de causar la muerte de ganado, niños y mujeres y de ponzoñyera, fetillera y broxa, de dar polvos a los vecinos a los que volvía medio locos haciéndolos ladrar en la iglesia o no permitiéndoles ver al Santísimo Sacramento cuando era alzado en la misa. El Santo Oficio sito en el Palacio de la Aljafería en Zaragoza intervino y fue junto con otras mujeres de la zona detenida y llevada a Zaragoza. Johan Aznar de Cenarbe la acusó de dar melezinas y venenos en ciertos racimos de uva a su mujer Bernarda Ferrer la cual murió al poco muy doliente y con grandes pasiones en el vientre y de que junto con la compañía de otras brujas le mataron a una hija suya. Domingo Ferrer vecino de Cenarbe atestiguó la mala fama de la bruja tanto en Cenarbe como en Villanúa. Pedro Ximénez también vecino de Cenarbe atestiguó al igual que Domingo Ferrer de la muerte en Villanúa de la mujer de Domingo Lacambra, María Callizo y que asimismo la había hechizado para no tener hijos. A mediados de año de 1498 la Narbona fue quemada en la hoguera en el Palacio de la Aljafería. Los hermanos de Narbona, Juan y María también acusados de brujería consiguieron escapar.

Brujas del Bailadero de Anaga Zona de El Bailadero en Anaga, Tenerife, Canarias. En este lugar se realizaban aquelarres, según la creencia popular.Según las creencias populares canarias, las llamadas brujas del Bailadero de Anaga eran mujeres que se dedicaban a hacer aquelarres en una zona montañosa del noreste de la isla de Tenerife, llamada Macizo de Anaga (Canarias, España). Este "bailadero de las brujas" está situado en las cumbres de Anaga, en la dorsal entre San Andrés y Taganana. Se dice que en este lugar las brujas bailaban en torno a una hoguera, de ahí el nombre de la zona "El Bailadero". Tras sus aquelarres se decía que estas brujas bajaban a la costa para bañarse desnudas.
El historiador Domingo García Barbusano escribió; "...Desde El Bailadero deambulaban, los días de aquelarre, a partir de las doce de la noche, hora en que acababan estas reuniones, un numeroso gentío: las brujas, compuestas con negros ropajes y abrigados sobretodos, sus amigas y esas otras personas que deseaban iniciarse en la práctica de la brujería; todos formando una compacta muchedumbre que, por la enriscada cumbre, bajaban lentamente para ver si encontraban algún caminante al que maleficiar".
Domingo García Barbusano, 1982:116 Otro origen del nombre parece venir del "baladero guanche", que también es aplicable a este caso, pues es sabido a través de las fuentes, la tradición y de los hallazgos arqueológicos que esta zona fue frecuentada por los aborígenes guanches para sus ritos. A este respecto, Luis Diego Cuscoy dice de este bailadero; "...El Bailadero concentraría a toda la población pastoril de la península de Anaga en las épocas de sequía para la celebración de ritos propiciatorios en demanda de lluvia".

Los brujos de Chiloé son personajes de la mitología de Chiloé, un archipiélago del sur de Chile, en la Región de los Lagos. Proceden de la atribución de poderes mágicos que se hacía en tiempos pasados a las personas reales, como son las que poseen conocimientos de medicina naturista; y posiblemente también a practicantes personajes existentes en la tradición y religión tradicional mapuche, como son la Machi y principalmente los Calcus, fusionándolos con las creencias de las brujas europeas.Es una de las creencias mágicas que ha perdurado en el Archipiélago de Chiloé hasta el siglo XXI.

Aradia o El evangelio de las brujas, es un libro escrito por el folclorista estadounidense Charles Leland y publicado en 1899. El texto describre los credos y ritos de un movimiento religioso oculto relacionado con la brujería en la Toscana. Leland asegura que tal movimiento ya existía desde hacía siglos en el momento que el lo descubrió, la década de 1890. Los críticos han discutido durante mucho tiempo si está en lo cierto o no sobre eso. A pesar de esto el libro se convirtió en uno de los textos fundamentales de la wicca y el neopaganismo. El texto tiene fuentes muy entremezcladas. Parte es de una traducción al inglés, realizada por Leland, del manuscrito en italiano Vangelo (evangelio). Leland dijo que el manuscrito lo había recibido de su principal contacto sobre brujería italiana, una mujer a la que él llama "Maddalena". El resto de capítulos del libro vienen de los estudios del propio Leland sobre folclore y tradiciones italilianas, además de otros elementos que le envió Maddalena. Leland ya conocía la existencia del Vangelo desde 1886, pero Maddalena no le envió un ejemplar hasta 1897. Tras traducir y repasar el texto, esperó dos años más para publicarlo. El emblema central de este culto es la diosa Aradia, que se encarno para instruir en las artes de la brujería a los campesinos y así, estos tuvieran la capacidad de defenderse de los señores feudales y de la Iglesia Católica.
El Evangelio de las Brujas La obra de Charles Leland fue relativamente desconocida hasta la década de 1950, cuando se comenzaron a discutir otras teorías sobre paganismo y su posible supervivencia hasta el siglo XX. Aradia fue nuevamente estudiada sobre la base de hipotesis modernas y el desacuerdo entre los que han investigado el asunto continúa hasta hoy. Algunos, rechazan las afirmaciones de Leland sobre el origen del manuscrito mientras que otros ven el Vangelo y su traducción como un documento incomparable sobre creencias populares. Además de para los académicos, Aradia tuvo gran importancia también en la historia de la wicca Gardneriana y su ideario porque el libro fue usado para demostrar que los ritos de brujería pagana había sobrevivido en Europa. La influencia fue tal, que un fragmento del primer capítulo se convirtió en una de las partes de la liturgia wiccana. Por el interés creciente que había despertado en el público, Aradia se dio a conocer ampliamente por medio de las muchas reediciones que ha tenido, incluyendo una edición crítica en 1999, que contenía una nueva traducción de Mario y Dina Pazzaglini.


Juana de Arco (6 de enero de 1412 – 30 de mayo de 1431, también conocida como la Doncella de Orléans (o, en francés, la Pucelle), fue una heroína, militar y santa francesa. Su festividad se celebra el día del aniversario de su muerte, como es tradición en la Iglesia Católica, el 30 de mayo.Nacida en Domrémy, pequeño poblado situado en el departamento de los Vosgos en la región de la Lorena, Francia, ya con 17 años encabezó el ejército real francés. Convenció al rey Carlos VII de que expulsaría a los ingleses de Francia y éste le dio autoridad sobre su ejército en el Sitio de Orleans, la batalla de Patay y otros enfrentamientos en 1429 y 1430. Estas campañas revitalizaron la facción de Carlos VII durante la Guerra de los Cien Años y permitieron la coronación del monarca. Como recompensa, el rey eximió al pueblo natal de Juana de Domrémy del impuesto anual a la corona. Esta ley se mantuvo en vigor hasta hace aproximadamente cien años. Posteriormente fue capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses. Los clérigos la condenaron por herejía y el duque Juan de Bedford la quemó viva en Ruán. La mayoría de los datos sobre su vida se basan en las actas de aquel proceso pero, en cierta forma, están desprovistos de crédito pues, según diversos testigos presenciales del juicio, fueron sometidos a multitud de correcciones por orden del obispo Cauchon, así como a la introducción de datos falsos. Entre estos testigos estaba el escribano oficial, designado sólo por Cauchon, quien afirma que en ocasiones había secretarios escondidos detrás de las cortinas de la sala esperando instrucciones para borrar o agregar datos a las actas.
Veinticinco años después de su condena, el Rey Carlos VII instigó a la Iglesia a que revisaran aquel juicio inquisitorial, dictaminando el Papa Nicolás V la inconveniencia de su reapertura en aquellos momentos, debido a los recientes éxitos militares de Francia sobre Inglaterra y a la posibilidad de que los ingleses lo tomaran, en aquellos delicados momentos, como una afrenta por parte de Roma. No obstante la familia de Juana también reunió las pruebas necesarias para la revisión del juicio y se las envió al Papa, pero éste se negó definitivamente a reabrir el proceso. A la muerte de Nicolás V, fue elegido papa el español Calixto III (Alfonso de Borja) el 8 de abril de 1456 y es él quien dispuso que se reabriera el proceso. La inocencia de Juana Domrémy fue reconocida ese mismo año en un proceso donde hubo numerosos testimonios y se declaró herejes a los jueces que la habían condenado. Finalmente, ya en el siglo XX, en 1909 fue beatificada y posteriormente declarada santa en 1920 por el Papa Benedicto XV. Ese mismo año fue declarada como la santa patrona de Francia
Su fama se extendió inmediatamente después de su muerte: fue venerada por la Liga Católica en el siglo XVI y adoptada como símbolo cultural por los círculos patrióticos franceses desde el siglo XIX. Fue igualmente una inspiración para las fuerzas aliadas durante la Primera y la Segunda guerra mundial.
Popularmente, Juana de Arco es contemplada por muchas personas como una mujer notable: valiente, vigorosa y con una gran fe. Hoy en día es objeto de especial interés en la República de Irlanda, Canadá, Reino Unido y los Estados Unidos. En el movimiento del escultismo es la santa patrona de las guías (rama femenina.Juana será escoltada esposada hacia una plaza llena de gente. Unas diez mil personas más mil soldados ingleses, todos expectantes, a las nueve de la mañana de aquel día. Iba vestida de blanco y llevaba algunos detalles en recuerdo de Jesús. En el centro había una hoguera montada; una plataforma con una estaca en el medio a la cual sería atada, con un montón de ramitas de madera para poder calar fuego a sus pies. Delante de esta había una mesa con una inscripción en la que se decía que Juana, la que a sí misma se hacía llamar la Pucelle, había cometido una serie de delitos y de pecados.Mientras se acababa de preparar la plataforma, Nicholas Midi (el autor de los doce artículos de la acusación) comenzó a leer un sermón al que Juana guardó silencio. Éste acabó con la siguiente frase: «Juana, ve en paz, la Iglesia ya no te puede proteger más y te libra a las manos del brazo secular». Juana, en aquel momento arrodillada, realizó unas plegarias a Dios con contrición, penitencia y fervor de fe. Invocó además de a Dios, a la Virgen María, la Santísima Trinidad y todos los ángeles del paraíso. Asimismo, también invocó el perdón por los males que hubiera podido causar. Estuvo una media hora aproximadamente, según Jean Massieu. Algunos jueces y algunos ingleses incluso lloraron viendo que no era más que una buena chica. Finalmente, un soldado inglés acabó una pequeña cruz con dos palos que ella besó repetidamente.
Le tocó a Massieu acompañarla los últimos metros junto con el hermano Martin. Ella siguió rezando y rogando a San Miguel y a otras criaturas celestiales. En aquel momento, Cauchon dijo que Juana era enviada a la justicia secular, por enésima vez «Como miembro podrido, te hemos desestimado y lanzado de la unidad de la Iglesia y te hemos declarado a la justicia secular». Si bien en aquel momento se podía esperar una sentencia secular; esta nunca fue pronunciada si es que alguna vez fue elaborada. Juana fue puesta sobre la hoguera y antes de ser quemada, un soldado inglés interrumpió con un grito de fondo gritando «¡Sacerdote! ¿Nos dejarás acabar el trabajo antes de la hora de la cena?». Entonces un alguacil dio la orden de ejecución y el verdugo la llevó a la estaca. Llevaba un papel clavado en la parte superior con las palabras «hereje, reincidente, apóstata, idólatra». Como último deseo, Juana reclamó que los Sacerdotes alzasen una cruz delante de sus ojos hasta que ella muriese, para que así acabara sus últimos momentos acompañada de Dios. El hermano Isambard de la Pierre fue a buscarla a Saint Sauveur, la iglesia más cerca y volvió bajo las risas de los ingleses, mientras ella invocaba Santa Catalina, Margarita y Miguel. Juana entonces gritó: «Ruán, Ruán, ¿puedes sufrir por ser el lugar de mi muerte?». Pierre subió a la plataforma y alzó la cruz, y ya entre las llamas, ella todavía le pidió que bajara para que no se llevara ningún disgusto, pero siempre con la cruz alzada, para que fuese lo último que ella viera. Así lo hizo y Juana se perdió entre las llamas. Pero todavía pudo gritar la palabra «¡Jesús!» varias veces.Se dice que antes de que muriera la Pucelle, Cauchon se acercó a ella, y Juana gritó: «Yo moriré por su culpa, si yo me hubiese entregado a la iglesia y no a mis enemigos, yo no estaría aquí». Con un fogonazo del verdugo, Juana sería rápidamente reducida a cenizas.

Jeanne d'Abbadie (1593 - 1609), fue una joven francesa juzgada en 1609 en Siboro (Francia) por el inquisidor Pierre de Lancre.Según el propio Lancre, a la edad de 18 años, Jeanne mantuvo varias relaciones carnales con Satán, de quien decía temer la unión ya que "su miembro era escamoso y le causaba un dolor intenso, y su semen era tan extraordinariamente frío que nunca gozó ni quedó embarazada".



Anne de Chantraine ( * 1605 - 17 de octubre de 1622) fue una más de las muchas personas sometidas, acusadas y quemadas vivas por ser bruja en la siniestra cacería de brujas del s. XVII. a la edad de diecisiete años, siendo quemada viva en Waret-la-Chaussee, Lieja, o quizás en Francia. Múltiples obras en francés han cubierto su vida, siendo su actuación revisada en revistas como TIME.

Margarita Porete, o Marguerite Porrette, o la Porette, es una mística de la corriente de las beguinas nacida hacia 1250 y quemada en 1310 por herejía, por negarse a retirar de la circulación su libro El Espejo de las Almas Simples,El juicio de Porete fue inusual: en la Edad Media hubo muchas místicas que (por definición) reivindicaban un contacto místico directo con Dios, sin necesidad de contar con el clero; y muchas de ellas (como Hildegard de Bingen, Catalina de Siena, Brigitta Birgirsdottir, etc.) no fueron vistas como sospechosas. Los manuales medievales sobre el "discretio spirituum" (el juicio religioso sobre visiones místicas) emplazaban a los clérigos a servir en un papel de asesoramiento; sin embargo les advertían sobre su incapacidad última para hacer un juicio definitivo en tales materias (véanse los manuales de fines del medievo como "De probatione spirituum" de Gerson y "De distinctione verarum visionum a falsis"). Estos manuales pedían a los clérigos dar sabios consejos, no un juicio definitivo, advirtiéndoles que podrían equivocarse y acabar por oponerse a la voluntad Divina.

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