CASOS POR NEGLIGENCIA MEDICA CAUSANDO DAÑOS DE POR VIDA Y HASTA EL FALLECIMIENTO


La joven Yamilé Fernández Donate, de 32 años de edad, estuvo a punto de morir y quedó con secuelas permanentes, a pesar de que fue valorada en cuatro hospitales por más de diez médicos especialistas, luego de debutar con un proceso agudo de enfermedad abdominal .Sra. Fernández presentó dolor en la región superior del abdomen, que se agudizó en pocas horas y la obligó a recurrir por asistencia médica.Como antecedentes, Fernández Donate tenía diagnosticado un embarazo de seis semanas y no padecía de enfermedades crónicas.Fue asistida en el Hospital "Nacional", donde la medicaron con analgésicos endovenosos y cuando se alivió la dejaron ir para su hogar.Horas después, reapareció el dolor en el abdomen y, además, tuvo febrícula (37 grados c. de temperatura corporal). En el Hospital Materno "Hijas de Galicia", quienes la atendieron determinaron que no sufría de ningún trastorno ginecológico y la remitieron a la guardia de cirugía del Hospital "Miguel Enriques".En ese otro hospital, los facultativos relacionaron la causa del cuadro clínico a una Gastritis Aguda, le realizaron un lavado gástrico y después le dijeron que se marchara sin preocupaciones

La agudización de los síntomas, así como el progresivo deterioro de la salud conllevó a que la familia la llevara, esta vez, al cuerpo de guardia del Hospital "Julio Trigo". Allí, los médicos que la examinaron coincidieron en diagnosticarle una Infección Urinaria, y decidieron mandarla a ingresar en el servicio de ginecología del Hospital "Nacional".Durante los dos días de ingreso en la sala de ginecología, la salud de la Sra. Fernández estuvo peor; se mantuvo con el dolor intenso en el abdomen, además de presentar fiebre de 38 grados c., vómitos frecuentes, fatiga muscular e incluso alteración de la conciencia.Finalmente, por las quejas y la presión de parte de los familiares, los cirujanos optaron por operarla y en el quirófano encontraron que tenía: Apendicitis Perforada, Peritonitis y Oclusión Intestinal.Cuando se recuperó la trasladaron reportada de muy grave del salón de operaciones para la sala de cuidados intensivos. Siete días después la volvieron a reintervenir por complicaciones de la primera operación, y 72 horas más tarde hubo que interrumpirle el embarazo mediante legrado uterino.La legislación cubana no contempla la indemnización de los daños originados por negligencias médicas. Las personas que resultan víctimas de esas frecuentes situaciones solo tienen por alternativa: achacarle la culpa a la "mala suerte" y, como en el caso de Yamilé, adaptarse a vivir con una porción extirpada de intestino y de colon, con la pérdida del ansiado embarazo y las cicatrices en su cuerpo que siempre le recordarán el sufrimiento que vivió.
 
Un caso latente se encuentra en el ejido Benito Juárez, El Calvario, de la familia Villa Hernández, forma parte de una presunta irresponsabilidad médica que cambió por completo su vida.

La pareja de esposos nunca se imaginó que su hijo primogénito Oswaldo Villa, hoy de nueve años, pasaría el resto de su vida postrado en una silla de ruedas, porque un médico del IMSS de Potrero que lo atendió por asma bronquial cuando tenía un año, se equivocó de procedimiento.

Ese niño inquieto, el orgullo de sus padres, dejó de caminar en el 2001, después de 15 días de estar inconsciente y de quien los médicos del Seguro Social de Orizaba dieron pocas esperanzas de vida...”De salvarse quedará con parálisis cerebral”, pronosticó el neurólogo del Seguro Social de Orizaba en ese entonces.

Hoy, sus padres ya no lo ven correr por el patio de su casa como a sus hermanos, Giovanni, Jennifer y Jacqueline, de 6 años, 4 y un año tres meses. De ese niño inquieto que recorrió sólo unas cuantas veces el corto piso de su casa, hoy no queda nada.



Ahora yace en su silla de ruedas, cubierto con un cubrebocas y tapado con una cobija. El niño sólo observa alrededor de su humilde vivienda en la que los lujos, no existen. En esa casa, de una sola pieza, de no más de cuatro por cuatro, sólo hay muebles viejos.

El bajo sueldo que gana el padre de familia, está designado para la comida de sus hijos, pero tratan de estirar esos $400 semanales pues existe la intención de enviar a dos de sus hijos a la escuela; uno a la primaria y la niña mayor al kinder. Con ese sueldo no alcanza para un televisor y sólo una grabadora utilizan los menores para su distracción.

La casa de la familia Villa Hernández se encuentra en un terreno de unos 200 metros cuadrados, un predio que su madre Alicia Hernández ocupó tras el fallecimiento de su abuelita, pero no hay un testamento en el que confirme la herencia… “a mi madre no le dio tiempo hacerlo y tengo que regularizar también esa situación”.

 







Ocurrió a las seis de la mañana del martes. Abraham, vecino de la calle Brisas de San Camilo, acudió para hacer fila al Centro de Salud para sacar una ficha para que su primo, de siete años de edad, pudiera recibir atención médica. Como él muchos fueron a pedir un turno y alcanzar a ser atendidos por el sector salud. El jovencito acompañaba a su tía Sara Blancarte pero a tres horas de haber permanecido en la fila, se levantó para caminar un poco. Se desvaneció y comenzó a convulsionarse hasta quedar sin signos vitales. Horas después la necropsia practicada por la Procuraduría de Justicia sostuvo que el muchacho falleció por un aneurisma cerebral, diagnóstico que corroboró Joel Ortega Martínez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria VI.

Las penurias que hoy pasan deudos y víctimas de las negligencias médicas en el país -como el anciano Jorge Villanueva Morales (86), a quien médicos del Hospital José Sabogal del Callao le amputaron una pierna de manera errónea- quizá pudieron aminorarse si el Congreso de la República debatía y aprobaba en su momento la creación del llamado "SOAT médico".
Estrella "reumarreula" reumarreula@wanadoo.es
Ingresé en el hospital, con un quiste en el útero, pero era benigno, con un tamaño para poder extraer con un corte horizontal, sin haber tenido hemorragias, pero por la edad 47 años antes de operar se decidió la extracción de ovarios, etc. histerectomía. Dejaron un capilar roto en una zona que no tenían que haber tocado, el corte lo hicieron desde el ombligo a la ingle izquierda, consecuencia, derrame que produjo una bolsa de sangre de 2 litros, intestino necrosado, ilium paralítico, enema pulmonar, insuficiencia renal, cinco días hasta que se decidieron intervenir por el mismo sitio, después de pasar por la UCI. Salí del hospital en Febrero, a finales, porque no aguantaba más, pero con la cicatriz sin cerrar, había ingresado en diciembre el día 29, era una operación para una semana. Tengo una barriga de un embarazo de 6 meses, el riñón no funciona bien, la cicatriz es espeluznante, me pinza la pierna sobre la ingle izquierda, tengo ventraciones y unos dolores horrorosos, estéticamente estoy fachosa, engordo para disimular la barrigas, las digestiones no pueden ser peores, en fin un desastre. Nunca estuve descuidada, pero durante 5 días yo me hinchaba y decían que eran gases. No se niegan a operarme otra vez, pero yo quiero elegir donde y quien para que me dejen por lo menos como estaba.

MUJER SUFRE EXTIRPACIÓN RADICAL DE PECHO POR DEMORA EN EL DIAGNÓSTICO DEL CÁNCER DE MAMA
Paula B. sufrió una masectomía radical de mama porque a pesar de que visitaba anualmente a su ginecólogo de una sociedad médica privada y tenía más de 50 años, éste no la exploraba manualmente ni le prescribía mamografía de control aunque ella se quejaba siempre de dolor en la mama, hasta que la supuración por el pezón creó alarma definitiva, aunque ya demasiado tarde al diagnosticarse cáncer epidermoide con afectación ganglionar y metástasis. El médico fué demandado y condenado por la vía civil.

 
AMPUTARON EL PIE ERRÓNEO: 

Guillermo L., de 51 años de edad, diabético, se despertó de la anestesia luego de sufrir una intervención de carcicoma en su pie derecho, descubriendo que le habían amputado el pie izquierdo, por error. Posteriormente y para salvarle la vida, tuvieron que reintervenirle amputándole en esta segunda ocasión el pie que se encontraba realmente afectado de carcicoma, quedando, pues, sin ninguno de ellos.

LE QUITARON LA RESPIRACIÓN ASISTIDA
Alfonso M. de 77 años, murió de insuficiencia respiratoria y parada cardiaca luego de que, por error, los Médicos que le atendían dieran orden de retirarle el mecanismo de ventilación asistida, al confundirle con otro paciente.

FALLECEN POR APLICACIÓN DE SUERO CONTAMINADO: 

Dos mujeres parturientas fallecieron por hemorragia que los Médicos no pudieron contener en un Hospital de la Seguridad Social de Toledo a las pocas horas de habérseles suministrado 250 cc de suero glucosado que resultó estar contaminado por una poderosa bacteria.


MUERE POR UNA ESPINA DE PESCADO

Mónica S., de 17 años de edad, falleció como consecuencia de la grave infección que le provocó una espina de pescado y la falta de asistencia por parte del Servicio de Urgencia de un Hospital Público en Burgos. La espina, que había ingerido durante una cena, le quedó clavada en el esófago y terminó afectando al pulmón y a la membrana externa del corazón. Mónica nunca fué ingresada en el Centro Hospitalario a pesar de sus reiteradas visitas, ni se le practicó radiografía de contraste ni esofagoscopia que hubieran posiblemente determinado su situación clínica. Sólo cuando ya era demasiado tarde fue trasladada al Hospital Primero de Octubre de Madrid, donde falleció.

NIÑO MUERE DE MENINGITIS POR ERROR DE DIAGNOSTICO: 

Antonio S.G. de 14 años, murió tras haber sido diagnosticado y tratado erróneamente de gastroenteritis, recetándole tan sólo una dieta blanda y tratándole durante días con medicamentos contra los vómitos sin ordenar su ingreso hospitalario para exploración, análisís y vigilancia, cuando en realidad presentaba todos los síntomas de estar padeciendo una sepsis meningocócica.
MUERE POR ABSOLUTA FALTA DE ASISTENCIA:  

Arturo B. I., de 61 años de edad, falleció por falta de asistencia médica en la noche del 22 de enero de 1990, conocida popularmente como "La Noche Negra del Gregorio Marañón". El paciente fue encontrado muerto en una camilla arrinconada en un pasillo del Servicio de Urgencias de dicho Hospital público sobre la una de la madrugada. "Nadie ha visto al enfermo" era la única anotación que figuraba en el Parte del Servicio. Este es un típico caso de delito de "omisión del deber de socorro sanitario", que como hemos visto anteriormente, desde ahora será juzgado por los ciudadanos, presididos por un Magistrado y constituidos en TRIBUNAL DE JURADO.

LE TRANSFUNDEN SANGRE DE S.I.D.A. POR ERROR: 

Juan R. R. falleció un año y medio después que se le practicara en un Hospital de la Seguridad Social, en Santander, un autotransplante de médula ósea para tratar de resolver el mieloma múltiple que padecía. Unas horas después de la intervención se le transfundieron plaquetas contaminadas con V.I.H. por un error en la identificación de la sangre. Según el Magistrado Ernesto Manzano que fué el encargado de juzgar el caso, "se infringieron los más elementales deberes de cuidado que cualquier persona minimamente diligente hubiera observado".


LE DEFORMAN LAS OREJAS:  

Jesús A. R., de 40 años y profesión pintor, se sometió a una operación de cirugía estética de orejas ("otoplastia"), pues consideraba que las tenía de "soplillo". Como consecuencia de la misma, sufre deformidad y asimetría en ambos pabellones auditivos que le han sumido en enorme depresión y en una obsesión por el tema que le impide salir de casa y trabajar ("agorafobia").

MUERE POR DESCUIDO DEL ANESTESISTA: 

Vicente D. S. de 47 años, que fue anestesiado para que el cirujano pudiese llevar a cabo una intervención consistente en la reparación de la rotura del talón de Aquiles izquierdo. El Paciente salió de la intervención sufriendo una hipotensión mantenida, la cual, a pesar de aplicarse medicamentos reversores, no superó y como consecuencia de la falta de vigilancia por parte del anestesista reanimador en la Sala de Despertar, el enfermo sufrió daño cerebral irreparable, falleciendo posteriormente. El anestesista fue condenado penalmente por la Audiencia Provincial de Valencia mediante sentencia de 14 de octubre 1994, confirmada por el Tribunal Supremo.


NIÑO SUFRE PARÁLISIS TOTAL POR SUFRIMIENTO FETAL: 

Víctor A. M. de 4 años de edad, sufre parálisis total de las cuatro extremidades y retraso mental severo a causa de las lesiones cerebrales que sufrió provocadas por la falta de oxigenación durante el parto ocurrido en un Hospital de Tarrasa. El prolongado sufrimiento fetal fue consecuencia de la insistencia del Médico Tocólogo en no practicar la cesárea a pesar de tratarse de un parto a todas luces riesgoso dada la pequeña talla de la madre (148 centímetros de altura y 45 kg. de peso). El niño nació amoratado, con dos vueltas de cordón rodeando el cuello, con aleteo nasal y sin llanto. El sufrimiento fetal se había prolongado más de una hora
 
 
EL RETRASO DE UNA CESÁREA PROVOCÓ UNA MINUSVALÍA DEL 99% EN EL BEBÉ

Murcia pagará 600.000 euros por un error ginecológico

El Tribunal Superior de Justicia de Murcia ha condenado a indemnizar con 600.000 euros a los padres de una menor que nació con una minusvalía del 99 por ciento por el retraso de una cesárea. La madre fue ingresada en planta tras una ecografía en la que no se oyó el fetal
 
NEGLIGENCIAS MEDICAS Antonia González pasó 16 años diciéndoselo a su marido: “Yo me noto algo ahí. Si es que se ve algo en las radiografías, como un alfiler, una aguja. Los médicos se han dejado algo ahí, te lo digo yo”. Él no se lo acababa de creer. “Anda, que siempre estás pensando lo mismo, me decía. Y claro, como no entendemos…”.Resultó que Antonia, de 60 años, tenía razón. Los médicos que la operaron para cambiarle una prótesis de cadera se dejaron olvidada dentro una broca de cinco centímetros. Eso fue en 1990. Antonia pasó años con dolores tremendos y sufriendo una infección tras otra. En 2006 la broca rompió músculo y piel y salió. Ahí estaba la prueba de la negligencia. La “defectuosa atención sanitaria” le costará al Servicio Madrileño de Salud una indemnización de 90.000 euros, según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. os cirujanos que la operaron en el hospital de la Princesa no se dieron cuenta de que, al cerrar, se dejaban dentro una broca quirúrgica de las que se introducen con taladro. “Enseguida empezaron las infecciones. Se me quitaba una y me entraba otra. Iba a los médicos cada 15 días. O no se dieron cuenta o se la dieron y se callaron”, relata Antonia al teléfono desde su casa, en Casar de Miajadas (Cáceres). Mientras, le iban recetando antibióticos.La pieza salió sola  En 2001 le quitaron la prótesis. Pero las infecciones y los dolores no pararon. Al final la pieza metálica acabó por salir sola. “Empecé a notar la pierna dura, dura. Fui al médico y me dijo que me estaba saliendo un clavo. Le dije que no podía ser, que me lo habían quitado todo cinco años antes”. Pero sí era. Y, como reza el informe pericial, la broca apareció “no necesitando para su extracción ninguna maniobra quirúrgica, excepto la simple manual”. Tan increíble que el hijo de Antonia lo grabó en vídeo.

 

NEGLIGENCIA MEDICA FALLECIMIENTO Un familiar de una paciente fallecida en Hospiten por negligencia médica afirma que este centro hospitalario ‘es una máquina de hacer dinero’. Álvaro Santos, familiar de una paciente fallecida hace cuatro años en el centro médico Hospitén en Playa de las Américas en el Sur de Tenerife explicó en el programa La Trapera de Radio San Borondón el calvario sufrido por su familia tras la muerte de su madre por una negligencia médica por abandono, tras superar con éxito una operación de urgencia en dicho recinto hospitalario privado, tras lo cual Hospiten y el Servicio Canario de la Salud se han visto obligados por la Justicia a indemnizar a la familia Santos por estos graves hechos que costaron la vida a esta señora. Álvaro Santos, hijo de la paciente fallecida por la negligencia de Hospiten,aclara en primer lugar que cuando denunciaron el caso ante los tribunales no buscaban dinero sino justicia tras la repentina muerte de su madre, que se sepa públicamente lo que ha pasado para evitar que ocurran hechos tan desgraciados como este, puesto que según los datos oficiales no es la primera vez que ocurre algo similar. Tras cuatro años de calvario, ha llegado la sentencia que les da la razón y que condena tanto a Hospiten como al Servicio Canario de la Salud por la muerte de su madre, pero cree conveniente difundir el caso ante la opinión pública para que la ciudadanía se entere de esta injusticia que supone que una paciente que ingresa en Hospiten Sur por problemas con una hernia, una patología aparentemente muy sencilla, acaba falleciendo. El hijo de la fallecida explica que su madre fue operada de la hernia, tras lo cual el médico que la atendió les dijo a los familiares presentes que todo había salido muy bien, incluso pudieron hablar con su madre porque estaba consciente, sin embargo, tras pasarla a planta, todo cambió y su madre empeoró su estado de salud.

Una madre espera sin consuelo, entre llantos y buscando una explicación que no encuentra, que llegue a Colombia el cadáver de su hijo al que con tan sólo 20 años se le apagaba la luz el pasado lunes a causa de una meningitis que desencadenó en una muerte cerebral. 



Un joven residente en Pulpí al que le gustaba el deporte y que conocían en el municipio por su implicación en las obras sociales. “Apareció recientemente como el Rey Baltasar”, explicó su tío y portavoz de la familia, Johnny Molina.

Los familiares del Joven Ronald Hayazo Alevar ven una “presunta negligencia médica”. Así lo han denunciado según contó el portavoz en el cuartel de la Guardia Civil del municipio, y precisamente ayer viajaron para hacer lo propio en el “Juzgado de Huércal-Overa”. Relatan que la historia “pudo tener un desenlace distinto porque desde el lunes estuvo intentando que lo viera un médico. Le decían que las citas se atendían a partir de las 12:00 y que tenía que sacarla con anterioridad, contándole que para urgencias uno se tenía que desplazar hasta Huércal-Overa o Almería. Finalmente el jueves lo atendieron por los síntomas de fiebre que tenían aquí le pusieron una inyección, una vez que se marchó pidió un parte médico para la empresa pero le aconsejaron que se fuera al Hospital de Huércal-Overa y que si le hacía falta volviera mañana a pedirlo”. Y eso fue lo que hicieron se marcharon al Hospital de Huércal-Overa en su vehículo “por el camino se le durmieron las piernas y fue perdiendo el conocimiento llegando al Centro el cerebro se le llenó de sangre y tuvo una muerte cerebral”. La directora gerente del área Sanitaria Norte de Almería, Gracia Fernández, detalló que “no tengo conocimiento alguna de denuncia, aquí no ha llegado nada ni reclamación ni denuncia, si la han puesto no ha llegado”. NO obstante desde el área se muestran por supuesto abiertos a colaborar se hay alguna denuncia “vamos a colaborar con el juzgado, si se presenta denuncia y se reclama, en todo lo que se nos pida, y les haremos llegar toda la información que se nos solicite. Lo que quiero es que la familia sepa que estoy dispuesta a hablar con ellos a recibirlos y a poder darles toda la informaciones que precisen”. Así, Fernández si quiso transmitir su pésame a la familia, al igual que a la del otro joven fallecido esta misma semana en Cuevas, “la muerte de dos personas tan jóvenes es una situación muy desagradable para la familia”.

Una señora observa que su hermano (enfermo psiquiátrico) no se encuentra bien de salud. Su hermano se niega a concurrir a un consultorio médico y sigue empeorando. La señora pide una ambulancia municipal explicando la situación. La médica que llega con la ambulancia no revisa al paciente, sólo lo interroga. El paciente, sumamente asustado, sólo trata de minimizar la importancia de su malestar. Es el médico el que dedería examinarlo para evaluar su estado de salud.

La médica pregunta a la señora qué opina. La señora dice que lo ve cada vez peor y que observa síntomas de presión alta en su hermano. Entonces la doctora toma la presión sanguínea del paciente cinco veces y a la quinta dice que está normal, que lo lleve al día sigiente a consultorios externos. La señora expresa que él se niega, que habría que sedarlo y llevarlo en ambulancia, que ella carece de medios económicos para una privada y que en la condiciones en que ve a su hermano, éste no llegaría ni a la parada del colectivo, si es que pudiera convencerlo. La doctora se retira diciendo que ellos están para emergencias. A las dos horas el paciente fallece sin siquiera recibir un sedante para el caso de que su malestar fuera un delirio. El paciente vivó esas dos horas abandonado y aterrorizado.



Una adolescente diabética de quince años se descompone a la madrugada y su madre llama a su médico de cabecera. Éste le resta importancia al malestar diciendo que son mañas de la joven, que la madre proceda como de costumbre, que ella ya sabe. La madre le expresa al médico que la ve muy mal. El médico insiste en que la medique según ella ya sabe.

Esa misma madrugada fallece la paciente. Si su madre la vio muy mal, debió insistir y eventualmente, llamar a un centro de atención de emergencias.



Por presunta negligencia médica, una niña de un año y tres meses de edad, pereció escasos cinco minutos después de haber ingresado al Centro de Salud del municipio de Acayucan, según indicó la afligida madre de 14 años de edad y madre de dos niños.Los hechos se dan, según refiere Adriana Martínez Marcelino, madre de la hoy fallecida Antonia Gómez Martínez, desde el pasado sábado cuando la menor cayó en su domicilio y al parecer se golpeó con la esquina de un ropero.Aclaró que debido a que ella se encuentra convaleciente de su último parto, no pudo llevar a la niña al médico, si no hasta ayer martes cuando sus familiares se dieron cuenta que la menor tenía mucha fiebre.Aseguró que desde las 7 de la mañana que llegó para esperar ser atendida, fue hasta las 09:15 horas cuando finalmente los doctores se dignaron en recibirla pero que sólo pasaron cinco minutos cuando le comunicaron que la niña había fallecido supuestamente por una edema cerebral. Aseguró Adriana Martínez, tras ser cuestionada por medios de comunicación al respecto, “no es la primera que los médicos no hacen caso, se ponen a jugar con sus teléfonos celulares, sin embargo ya en otras ocasiones que hemos venido no nos hacen caso; no es junto que esto siga pasando”, y se preguntó ella misma ¿De que sirvió haber traído a mi hija, si me la entregaron muerta?, si sólo les bastó cinco minutos para entregarme a mi hija sin vida, concluyó la afligida mujer.

Juan Lovera de 15 años, acompañado de sus padres, solicitó a las autoridades judiciales se inicie una investigación, ya que, según dijo, hasta ahora la Fiscalia de Ayolas no mostró interés en aclarar una denuncia de supuesta negligencia médica de la que fue víctima el adolescente. Según la denuncia, el joven fue sometido a una cirugía a raíz de una apendicitis, pero durante la operación, los médicos que lo asistieron le perforaron el intestino grueso.

 


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Comentarios

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